Un pueblo medieval de película en plena provincia segoviana

Un pueblo medieval de película en plena provincia segoviana

A apenas una hora en coche desde Segovia y a menos de una hora y media de Madrid, la singular villa de Pedraza es una de las escapadas más recomendables para un fin de semana o para una escapada de una jornada.

Dotada de un aspecto muy medieval, tanto por sus construcciones como por el empedrado de su casco histórico, Pedraza presume de tener un recinto amurallado que protegía esta villa, fundamental en la Baja Edad Media durante la Reconquista.

Precisamente fue en el siglo XIV cuando se funda oficialmente Pedraza, aunque bajo su suelo hay vestigios de la antigua villa romana de Pretaria. Convertida en señorío por orden del rey Enrique II de Castilla, los primeros pasos de la Pedraza moderna se dieron de la mano de Fernando Gómez de Albornoz, comendador mayor de Montalbán, que ostentaría también el título de señor en esta villa.

En auge durante los primeros compases del Renacimiento debido a su buena situación, pues era fundamental en el camino a Segovia y también en el camino a Madrid, Pedraza conseguiría ya en el siglo XX ser declarada como Conjunto Histórico, lo que supuso un espaldarazo cultural a su patrimonio arquitectónico, retratado en numerosas películas y series.

Coronada por el imponente castillo —visitable, pero de propiedad privada—, la silueta de Pedraza cobró especial importancia debido al comercio de lanas de los siglos XVI y XVII, además de por convertirse en la villa donde residían los condestables de Castilla.

Ya en el siglo XX, el pintor Ignacio Zuloaga adquirió el castillo, convirtiéndolo también en su taller, razón por la que ahora sus herederos explotan estas instalaciones, que cuentan además con un pequeño museo del pintor vasco. La otra curiosidad está en que el castillo sirvió durante el siglo XVI como cárcel real, pues aquí se retuvo a los hijos del rey Francisco I de Francia.

Además, el próspero comercio lanar de Pedraza hizo que se llenase de casas palaciegas y señoriales, de las cuales quedan numerosos vestigios por todo el casco histórico, el cual tiene un único acceso, llamado la Puerta de la Villa, y que es una de las grandes curiosidades de este pueblecito de apenas 350 habitantes.

 

Encantadora es también su plaza mayor, porticada, y merece la pena acercarse a la antigua cárcel de la villa, pegada a la Puerta, ubicada en una torre vigía y que también es visitable. Para rematar la faena, Pedraza es un pueblecito perfecto para descubrir las riquezas de la gastronomía segoviana como el lechazo, los judiones de La Granja o el cochinillo asado.

 

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Fuente: directoalpaladar.com