El Chorro de Navafría: un cómodo paseo por el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama

El Chorro de Navafría: un cómodo paseo por el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama

 

 Hoy nos sumergimos en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.

Nuestra propuesta es disfrutar de un bosque con una de las mayores extensiones de pino silvestre de toda Europa.

Os proponemos un sencillo paseo de unos 45-50  minutos desde el parking del Área Recreativa de El Chorro de Navafría, en Segovia, hasta la famosa y espectacular cascada que da nombre al increíble paraje.

Apenas 2,4 kilómetros, perfectamente marcados por un sencillo camino, con un desnivel positivo de tan solo 158 metros, apto incluso para vagos.

Como remate, al regreso tenéis barbacoas, una piscina natural, un chiringuito y un parque de juegos infantiles para disfrutar del resto del día en la naturaleza, si os apetece.

Es nuestra primera incursión en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama y Montes de Valsaín. Y no será la última. El lugar tiene duende.

Se localiza en la parte oriental del Sistema Central y se extiende por las cumbres de la Sierra de Guadarrama, ocupando una superficie de 33.960 hectáreas, de las cuales casi el 64% corresponde a la Comunidad Autónoma de Madrid. El 36% restante pertenece a Segovia, en la Comunidad Autónoma de Castilla y León. El pico Peñalara es la cima de mayor altitud con sus 2.428 metros sobre el nivel del mar.

Pinares de película

Aporta a la Red de Parques Nacionales la representación de diversos sistemas naturales, entre ellos, los pinares de Pinus sylvestris de gran valor ambiental y magnífico estado de conservación sobre suelos silíceos.

Precisamente nada más bajarnos del coche nuestra mirada se pierde en el impresionante bosque de pinos silvestres, también llamados pinos albares o pinos de Valsaín. Sus ejemplares son majestuosos, nobles, elegantes, absolutamente impresionantes. Sus frutos son unas piñas más pequeñas de lo habitual.

El sendero arranca en el mismo parking y, una vez cruzada la barrera que impide el acceso a vehículos a motor, se bifurca en dos caminos. Nosotros tendremos que seguir por el de la izquierda, perfectamente señalizado como El Chorro. Si cogemos el de la derecha, hablaríamos de palabras mayores, en una Ruta por los Refugios en la que el desnivel es importante y la pateada también: cerca de 12 km.

La senda asciende ligeramente, pero el marco es tan incomparable que las cuestas ni se notan en las piernas. Llegaremos a una especie de merendero, con fuente y asientos, donde podemos coger un poco de resuello si llevamos mucho tiempo sin caminar debido a la pandemia.

La cascada

Y, tras el parón, apenas unos metros más arriba, tendremos el gran premio visual del paseíto: el Chorro de Navafría. Absolutamente colosal, su estampa es imposible de definir con palabras.

Ni tan siquiera las fotos que acompañan esta crónica le hacen justicia. Tenéis que verlo en directo, incluso bajar las escalerillas y dejaros empapar por el humillo, por el nebulizador natural que desprende la cascada. Es una experiencia única.

La cascada tiene más de 20 metros de altura. El Chorro nace a más de 2.000 metros de altura, en el pico del Nevero.

Después del embelese, solo tendréis que dejaros caer por la cuesta que conduce de nuevo al aparcamiento, disfrutando de los últimos metros de este regalo visual para el alma, este verdadero Baño de Bosque o Shinrin Yoku, la última moda en Japón y tendencia mundial.

Eso sí, es pecado salir del municipio de Navafría y no visitar tres de las perlas cercanas que nos ofrece la provincia segoviana: las localidades de Pedraza, Sotosalbos y Turégano.

 

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Fuente: diariosenderista.es